23 noviembre, 2009

Una escogencia



Allí están sentados, frente a frente, con una pequeña mesita de por medio, los dos cafés que se enfrían, y las volutas del cigarro de ella que los envuelve. Ambos saben que el momento es definitivo y definitorio... Esperanza y José Luis tenían meses sin verse, después de su tórrido romance. La ruptura –momentánea o algo así como un receso- se produjo, debido a las constantes presiones de Esperanza: ¡tienes que escoger, o yo o tu mujer! José Luis la ama, necesita de su compañía y afecto, pero es harto difícil tomar esa decisión: romper con su matrimonio, con su familia, con sus responsabilidades de hombre casado... El largo silencio fue interrumpido por Esperanza: ¿Y bien, que decidiste? No puedo abandonar a Ma. Soledad, así no. Te pido me concedas tiempo; sólo un poco más... ¡Excusas, sólo excusas!, dijo molesta e hizo amago de levantarse. José Luis la tomó por el brazo: espera le dijo, lee esto y entregó una correspondencia. Luego, dio media vuelta y salió del local.

Esperanza malhumorada rasga el sobre del Instituto diagnóstico y comienza a leer: Se ha detectado un cáncer de páncreas a la paciente Ma. Soledad de Paredes. Unas lágrimas le impiden continuar con la lectura. El texto termina así: A la paciente le restan sólo unos meses de vida…


Caracas, setiembre 2009
Ilustración Vettriano

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