La sacerdotisa consultó el oráculo y lanzó su nefasta profecía...
¡Es un ave de mal agüero! dijeron unos. ¡Nuestras murallas son inexpugnables! dijeron los soldados. ¡Está delirando! dijeron ellas...
Esa noche, un caballo entró y acabó con la ciudad.
Caracas, agosto 2008
¡Es un ave de mal agüero! dijeron unos. ¡Nuestras murallas son inexpugnables! dijeron los soldados. ¡Está delirando! dijeron ellas...
Esa noche, un caballo entró y acabó con la ciudad.
Caracas, agosto 2008
Ilustración: Casandra; tomada de la web.
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