02 enero, 2007

Vida y vino.


En la vida hay dos tipos de personas, las que hacen vino y las que sólo lo beben...

Las que hacen vivo, participan de la siembra, la recolección y la maceración del mosto. Es decir la bacanal dionisiaca llamada vendimia. Luego vendrá la colada, envasada, y trasegada a los barriles. Después a esperar la maduración de la bebida para ser catado, aprobado, finalmente envasado y disfrutado en la mesa. En otras palabras, estas personas disfrutan apasionadamente de todos los pasos conducentes a obtener un producto final.
En cambio los otros, los que se conforman con beberlo no asumen riesgos y van directamente al producto. Lo disfrutan claro está, pero se pierden todo el resto.

Cuando a las persona que elabora el vino el producto final les sale defectuoso, es decir se les agria el vino, lo desechan y le queda la experiencia para hacer otro producto más perfectible. Si el producto final sale óptimo, continúan con su producción y mejoramiento de la calidad.

A los últimos a los que solamente beben vino, les puede quedar la embriaguez y el gusto de haberlo saboreado, Si el vino les hizo bien continuarán bebiéndolo y hasta quizá conformen una bodega aceptable. Si por el contrario les cae mal sufrirán tremenda resaca y no lo tomarán nunca más.

Así en la vida hay quienes disfrutan la vendimia y quienes sólo beben el vino... Los primeros viven una vida más arriesgada -lo apuestan todo- pero mucho más enriquecedora. Los últimos viven una vida más segura pero llena de carencias, conformista y monótona.

Parafraseando a Cicerón, a las personas les sucede como a los vinos: "Los buenos con el tiempo mejoran. Los malos se agrian".




Salud...!


Caracas, 2003

Ilustración de la WEB.

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