02 noviembre, 2006

En el Eden.





"Tras de cada mujer va su serpiente." E. Montejo.

Las cosas sucedieron tal y como las cuento. Vale aclararlo porque ya tengo demasiados siglos cargando con culpas ajenas...

Cuando llegué todo existía: flores, aves, animales, ríos, montes y mares. Ellos ya estaban allí. Desnudos, hermosos, como los hizo su creador. Serenos y gozosos en el apacible jardín, sin pensamientos impuros pasaban los días y las noches. Ella lo llamaba Adán. Él la llamaba Eva. De pronto tanta belleza y paz se trastocó. Todo se convirtió en una barahúnda: maldiciones, culpas eternas, pecado y expulsión. Hasta ahora no comprendo tanto alboroto. Yo –un pobre bicho rastrero- no tuve arte ni parte en ese asunto que me endilgan y que enfureció al Creador. La verdad es que no entiendo tanto aspaviento por una manzanita que traté de comerme...




Caracas, 2006
Ilustración:W. Blake

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